Los ocho brazos de los pulpos cuentan con
ventosas pegajosas y convergen en el cuerpo del animal; en su punto de
convergencia presentan la boca provista de un pico córneo. En la cabeza se
alojan los ojos, muy desarrollados, el cerebro y tres corazones. Dos de ellos
bombean sangre a las dos branquias y el tercero al resto del cuerpo. En el
manto se ubican el resto de vísceras, como el depósito de tinta que emplean
para escapar de sus depredadores; también cuentan con un sifón, el cual a
diferencia de los calamares, puede cambiar de dirección, con el que expulsa una
gran cantidad de agua, impulsándose así a gran velocidad.
Cada uno de sus brazos se conecta con un
cerebro pequeño que depende del principal, los cuales usa para controlar sus
brazos.
Los pulpos más pequeños, como el pulpo de
anillos azules que vive en Australia, alcanzan tallas de unos 15 cm. El pulpo
común Octopus vulgaris puede alcanzar los 3 m de largo y 12 kg de peso. Las
especies más grandes llegan a los 6 metros y los 70 kg, como Haliphron
atlanticus y Enteroctopus dofleini.
Los pulpos tienen tres corazones: dos de
los corazones llevan sangre sin oxígeno a las branquias (que son los órganos
respiratorios mediante los que se realiza el intercambio de gases) y el tercero
transporta la sangre oxigenada al resto del cuerpo. El color azul de la sangre
se debe a que los pulpos, sepias y calamares utilizan hemocianina en lugar de
hemoglobina como molécula transportadora de oxígeno; la hemocianina contiene
cobre en lugar de hierro, por lo cual es de color azul.
Video del pulpo
No hay comentarios:
Publicar un comentario